{Esta entrada estaba prevista para el día 1 de diciembre pero WordPress me ha hecho un par de jugarretas, me ha borrado varios borradores durante unos días y hoy han vuelto a aparecer. Tienes razón José, me tengo que mudar
Así que con una semana de retraso y una infección de garganta por medio aquí esta nuestro calendario de Adviento}
Hoy es 1 de diciembre y empieza la cuenta atrás para la Navidad (Solsticio de Invierno 😉 para algunos)
Y este año, siguiendo mi vena «creativa», he querido hacer yo misma nuestro calendario de Adviento. Este calendario es una cuenta atrás de los días que quedan para Navidad y cada día del calendario incluye un detalle para los peques de la casa este año porque ya tengo pensado que para el siguiente también tendrá sorpresitas para sus papís.
Como no vine al mundo con la creatividad de serie y no he conseguido adoptarla como extra a lo largo de los años, busqué inspiración en la red y el modelo elegido fue este:
En un primer momento pensé en hacerlo con los churumbeles pero aún son un poco peques y si mamá lo hacía por las noches con ellos durmiendo la sorpresa sería mayor.
Los materiales parecían sencillos de encontrar pero el principal no lo fue tanto. Tras buscar los vasos en innumerables chinos y tiendas de hostelería tuve que recurrir a José, mi cantinero de cabecera, y comprarle unos vasos de café con leche para llevar.
Los forré con recortes de papel de regalo, uno precioso que guardo como oro en paño de Primark (la línea de cajas de esta tienda está llena de tesoros) y recortes de papeles decorados de Ikea Niños. Esto y mucho pegamento de barra, gasté dos tubos y eso que Nana no estaba de por medio.
Los números los imprimí, los corté con un troquel redondo y los terminé con cordón plateado elástico.
Una vez forrados los vasos, ¡vaya tela!, el contenido lo tenía claro desde el principio: un Belén para que ellos lo trasteen y que mejor elección que el de Playmobil que Momo los adora.
Belén Playmobil
Además de algunas monería para la peque que a estos muñecos todavía no les hace mucho caso y las consabidas chocolatinas que no pueden faltar en un calendario que se precie.
Y el resultado fue este
Tardé varios días en terminarlo y todavía me quedan tres vasitos por rellenar pero que cada mañana Momo se levante preguntando por el «Calendario de Ammiento» es la mejor recompensa
Mil besos, mil sonrisas, Ana
P.D. Lo se, tengo que aprender a hacer fotos si quiero tener un blog
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