Mejor dicho, sus pajes y este año como tenían mucho trabajo me ha tocado a mi ser uno de ellos.
Me he puesto las botas con mis últimas adquisiciones de cintas japonesas compradas en Con P de Papel (tengo que dedicar un post a las tiendas donde comprar). Esta Navidad mi salón se llenaba por las noches (los pajes trabajamos cuando los niños duermen) de papel craft, cintas, whasy tape, blondas, sellos, tintas y demás aparejos para realizar la dura tarea de envolver regalos.
Ahora pasada ya el revuelo de esas fechas me doy cuenta que casi no hice fotos de mi trabajo (la falta de costumbre, todavía soy una bloguera novata pero con la super cámara que me han puesto los Reyes seguro que ya no se me olvida hacerlas) para poder publicar mis «obras maestras». Sobre todo me da rabia por algún paquetito que se quedó especialmente chulo, su destinataria tardó un rato en abrirlo porque le daba pena: la mejor recompensa al tiempo empleado.
Mil besos, mil sonrisas
Ana