Historia de un taller o de cómo soy incapaz de gestionar el estrés

Hace unos meses decidimos en el APA de la guarde de mi peque (sí mi guarde tiene APA y somos APA no AMPA), que queríamos hacer actividades con los peques. Otras veces habíamos tenido Escuela de Padres pero esta vez queríamos involucrar a los niños por pequeños que fueran. Íbamos a buscar quien nos preparara un taller de manualidades.

Yo que no puedo estarme quieta y que llevo mi identidad de la red y de crafter más en secreto que Clark Kent, insinué que me podía ocupar yo. Me miraron como incredulidad pero yo me encargué. Taller de Adornos Navideños terminó siendo nuestra actividad.

Al principio pensé: «si seremos cuatro padres y cuatro churumbeles, nada del otro mundo, busco un poco por la red y ya». JA, en eso me iba a quedar yo, si.

Me volví loca encontrando cosas preciosas para hacer, cerca de 25 propuestas tenía en mi Evernote pero debían ser cosas que niños entre uno y tres años pudieran hacer o por lo menos ayudar a hacer.

Y ¿seis o siete padres? Tuvimos que cerrar la inscripción cuando llevabamos por 44 personas, no íbamos a caber y cualquiera organiza a tanta gente… Desde papás con bebés hasta los mayorcitos de las aulas de 2 años se animaron a nuestra propuesta.

La verdad es que bajo presión no trabajo mal pero dejo de dormir y cuando me encargo de algo, por pequeña que sea, me involucro como si de una cuestión de estado se tratara.

Al final elegí estos tres adornos: Campanas hechas con vasos de cartón, bastones de caramelo hechos de limpiapipas y un centro de piñas decoradas. Puse a Nana en casa a practicar a ver hasta donde podía llegar y fue capaz de hacerlo todo.

Para tanta gente preferí preparar pack de materiales base y no dejarlos en el centro de las mesas para asegurarnos que todos contaban con lo mismo.

Cada pack llevaba:

  • dos vasos de porexpan blancos (no encontré vasos de cartón blancos)
  • Seis limpiapipas rojos y seis blancos
  • Un paquete de pegatinas navideñas de Ikea
  • Dos cascabeles
  • Recortes con troqueles de papeles de decorativo de Ikea
  • Pegatinas de estrellas
  • Estrellas de madera
  • Un platito de cartón dorado
preparados

Me pasé varias noches preparando materiales y «vistiendo» los botes de los materiales.

Llegado el día, preparamos entre varios padres el comedor de la guarde. Colocamos los packs y además en las mesas se encontraron piñas, pompones, letras adhesivas, fixos decorados también de Ikea, pegamentos, más troqueles, tijeras y otras herramientas. Este año los materiales que Ikea ha preparado para envolver regalos dan mucho juego para las manualidades.

preparativos

El comedor de la guarde

Sin la SuperDirectora de Guarde que tenemos hubiera sido imposible hacer nada, es una santa y cualquier locura que se nos ocurre no solo la apoya, sino que la alienta y la alimenta hasta prestarnos las instalaciones fuera de horario y prestarnos material.

No puedo publicar demasiadas fotos, primero porque no me dio tiempo ha hacer muchas y segundo porque son menores de edad la mayoría de los asistentes. Pero algunas de sus creaciones si

campanitas con papas

Las campanas fueron un éxito, la variedad de propuestas fue enorme. Vaya imaginación tienen nuestros peques

Sus obritas

Qué cosas más monas salieron de esa tarde

Casi me da pena no poder poner las fotos de las caras de los peques ante la barra libre de pegamento, tijeras, fixo y galletas que pusimos para reponer fuerzas.

Nuestros peques son unos campeones, hora y media de creatividad. Aguantaron sin rechistar y sin parar de «trabajar», los más peques ayudando en pegando pompones y poniendo pegatinas en las caras de sus papís y los más grandecitos haciendo casi todo ellos solitos.

Nana y Guille (ya no es de la guarde pero acompañaba a la seño que era su mamá) disfrutaron de lo lindo y sus obras maestras están colgadas de nuestro árbol.

Fue una tarde increíble, las horas de trabajo (que no fueron pocas, lo aseguro) para prepararlo, los nervios por como saldría todo y los desvelos (reales, lo prometo) merecieron la pena con creces.

Me ha picado el gusanillo de los talleres…

Mil besos, mil sonrisas

Ana

PD: como no ha sido largo el post, vaya rollo tengo, os dejo una anécdota. Para conseguir las piñas nos fuimos los cuatro papá, mamá y niños a una pinada cercana y  la «limpiamos» de piñas bonitas y como me pareció que no estaban lo suficientemente limpias para que las trabajasen niños se me ocurrió lavarlas. PRIMERO ERROR GRAVE se cierran, entonces decidimos (aquí entra en acción mi santo) secarlas primero en el microondas, SEGUNDO ERROR se quedan quebradizas y TERCER ERROR y DEFINITIVO secarlas en la barbacoa: se queman. Consecuencia: Me tocó volver a recoger piñas a machar forzadas para tenerlas a tiempo para el taller.

0 pensamientos en “Historia de un taller o de cómo soy incapaz de gestionar el estrés

  1. Me lo he pasado de lo lindo leyendo tu post. Cierto es que me habría gustado ver las carillas de los peques ante la ilusión y «barra libre» de cosas de papelería.

    Por cierto, lo del lavado de las piñas…lo tendré en cuenta, porque también a mí se me ocurre cada «experimento»…todavía recuerdo el microondas echando humo…(mejor no preguntes).

    Un saludo y ¡te sigo!

  2. Pingback: Mis puertos de esta semana locales | ¿Mi mundo? Los míos

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