Como cambia el cuento

AVISO CON MAYÚSCULAS: hoy va de rollo mental. El que avisa no es traidor…

Si a alguien se le ocurre decirme hace diez años o tan siquiera cinco que iba a estar a las dos de la mañana de un martes recortando mariposas para una guirnalda o que me pasaría horas muertas navegando por internet buscando ideas para una fiesta de cumple, lo hubiera tratado de loco, es más hubiera pedido su ingreso hospitalario.

Estos días he sido consciente de como mis intereses han cambiado, de como las cosas que parecían mover mi mundo se han ido y las han reemplazado otras, de como gente por la que te desvivías se ha quedado en el camino y la vida te ha puesto al lado otros compañeros de viaje.

Todo este rollo viene porque hace un par de semanas volví al cine, pero al cine de verdad, al de mayores, al de después de las 6 de la tarde. A ese cine al que hace 5 años iba dos o tres veces por semana, a ver una peli de esas que antes hubiera visto el día del estreno… porque yo he sido muy de cine.

Lo veía casi todo, menos terror y comedia chorra, leía sobre cine, escuchaba radio sobre cine, me sabía lo que había en la cartelera, lo que había habido y lo que iba a haber. He disfrutado con dramones, con pelis rosas, con aventuras, con musicales, con todo lo que se me ponía por delante, he visto cine cultureta y hasta alguna peli versión original en polaco.

Las dos, las tres y las cuatro de la mañana me daban viendo pelís. He ido a clase y a trabajar sin dormir por ver a quien le dan el Oscar a la mejor película.

Ahora mis noches son para dormir y en su defecto para hacer alguna monería aprendida en la red y para este pequeño rinconcito en la red que es mi blog.

La maternidad ha hecho que cambie mucho el género de pelis que veo directamente en el cine, ahora son de dibus y en casa vemos pocas, mi medida ahora delante de la tele es de 40 minutos, lo que dura un episodio de serie sin anuncios, si es de 42 minutos me pierdo el final abrazada a Morfeo. Además no soy de mucho pirateo (no voy a decir que no vea pelis piratas pero no me gusta demasiado hacerlo)

Como comentaba al principio hace unas semanas me fui al cine, sola como he hecho muchas veces, gracias a la generosidad de mi santo que quedó con los dos peques un día que ya no podían sacarme más de quicio (si que pueden si, hoy lo han conseguido)

Vi Les Miserables y me lo pasé pipa: disfruté y lloré hasta decir basta. Comí palomitas (si, soy de las que hacen ruiditos en el cine, una no puede ser perfecta) y bebí mucha coca cola light que es la que me gusta. Tengo que decir que me pareció buena, me encantaron los actores, sus interpretaciones y sus voces que sin ser perfectas están muy bien. Hubiera preferido verla sin doblaje pero aún así merecía la pena. Y Hugh Jackman, ¿qué decir de Hugh? que hasta decrépito y harapiento es guapo el chiquillo.

No puedo decir que mi nuevo rumbo en hobbies me disguste, disfruto de mis nuevas ocupaciones casi más que de las viejas pero creo que voy a intentar retomar lo del cine aunque nos tengamos que dejar parte del sueldo en canguros, siguiente objetivo: ARGO y esta vez con mi santo incluido.

Y volviendo a Les Miserables me quedo viendo este número que hicieron sus actores en los Oscars el domingo, que les quedó estupendo.


Russell Crowe está tremendo como Javert

Mil besos, mil sonrisas

Ana

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