Yo mamá: cuando ser mamá no viene de serie

Llevo desde que empecé el blog queriendo hablar de este tema pero el tiempo mitiga todo y hace que olvidemos o por lo menos arrumbemos al fondo del desván los sufrimientos pasados, así que ya no se sí lo que pueda contar puede servir de ayuda que es la única finalidad de este post.

Cuando la maternidad entra en nuestros planes de vida, ninguna de nosotras pone en duda que llegara. Estamos hechas para eso, para parir, es nuestra genética y quién va a cuestionarse que puede no pasar.

Desde que tengo uso de razón quiero ser madre y es evidente que lo he conseguido pero no ha sido un camino de rosas.

Cuando un embarazo deseado no llega, como mujer, te metes en una dinámica casi destructiva, la ansiedad, la depre, el mal humor, la tristeza lo llenan todo. La vida muchas veces se para y la pareja se resiente. Sientes que no estás completa, que estas defectuosa y que le estás fallando a tu pareja y a todos, aunque la causa de esterilidad no seas tu. Y lo peor es que te digan que cuando te relajes lo conseguirás. Creo que si en alguna ocasión he tenido instintos violentos ha sido después de que alguien me dijera esta frase. ESO NO SE DICE NUNCAAAAAAAA.

Tras casi un año de búsqueda, empezaron las pruebas. Yo tenía un seguro privado y no tuve listas de espera ni retrasos en ellas. Hay pruebas que son simples análisis de sangre pero otras que son verdaderas torturas dignas de Torquemada. Además, en esto como en otras cosas, llevamos las de perder. Al hombre solo se le puede hacer un tipo de prueba: espermiograma para ver como se mueven y cuantos son sus «cabezones» pero a nosotras nos hacen mil y una prueba más que desagradable. Yo en una de ellas casi me casi me siento explotar por dentro.

Lo peor para mi en los comienzos fue que todo estaba bien, que no había motivo para que no concibiéramos un hijo y eso me desesperaba más: si sabiamos el porqué sería más fácil ponerle remedio. Pero no, no se encontraba el porqué…

Para no aburrir a nadie resumiré nuestro camino: seis meses de tratamiento hormonal y relaciones programadas a través de un seguro privado pagando integras las medicinas, cuatro inseminaciones artificiales fallidas en la Seguridad Social con la medicación subvencionadas con perdida de pruebas sucesivas, retrasos en las consultas y horas de sala de espera hasta llegar a una fecundación in vitro a través de la Seguridad Social pero en una clínica privada concertada que nos trajo como regalo un gnomo güerito con ojos enormes un 12 de abril. Entre que empezamos y Momo llegó a nuestras vidas pasaron más de cuatro años.

No compartí mi periplo con nadie, de hecho al contar a mis padres que iba a entrar al quirófano para la extracción de óvulos de la fecundación conseguí que se enfadaran conmigo. Si alguien se enteró fue porque me pilló en uno de los momentos en los que me derrumbaba y lloraba por los rincones.  No quería a nadie pendiente de  si funcionaba o no, no quería que nadie opinara sobre el tema, no quería oír consejos y tampoco quería que la gente que me quiere sufriera con ello. Soy de las que hablar las cosas les hace verlas desde otra perspectiva y es cierto que me sentí muy sola en ocasiones … pero creo que volvería hacerlo igual. Además mi chico tampoco es que sea muy comunicativo y tampoco hablaba de ello.

Por mi experiencia personal no recomiendo buscar información médica en la red, aunque parezca que los casos son parecidos o los mismos cada una somos un mundo y nuestra biología otro. Pero si buscar apoyo en grupos de mujeres que pasan por lo mismo o en profesionales que se especialicen en estos temas

Yo no caí en la tentación de internet hasta el final, lo hice muerta de miedo la noche antes de la fecundación y me encontré con un foro de chicas que estaban pasando por lo mismo que yo. Hice un grupo de amigas virtuales a las que con el tiempo he puesto cara y corazón. Fuera de los términos médicos, el nivel de hormonas y los procedimientos, yo en el foro encontré un grupo de mujeres con mis mismos anhelos y mis mismas frustraciones, me sentí entre iguales. Las Chicas de la Arri, así se llamaba el foro compartieron conmigo los 14 días de espera de la prueba de embarazo como si de ellas mismas se tratara, vivieron conmigo mi embarazo y casi las aviso a ellas antes que a los abuelos el día del parto.

Permanecí en el grupo poco tiempo como mamá en búsqueda pero me quedé varios meses más en él apoyando y escuchando a chicas que sufrían mucho. Teníamos un grito de guerra que acuñó una de nuestras guerreras: «Esta batalla la vamos a ganar» y varios años después de una forma u otra casi todas las hemos ganado.

Hubiera seguido adelante si no hubiera funcionado, lo hubiera intentado e intentado hasta que alguien me hubiera hecho abandonar. 

En mis planes de vida entraba la maternidad si o si, y la adopción era una de mis vías. No todo el mundo la contempla y hay que tenerlo muy claro para embarcarse en una vivencia semejante (a ver si engaño a una de las guerreras y nos cuenta su experiencia).

Si ni de un modo u otro hubiera sido madre estoy segura que aunque me hubiera constado mucho asumirlo habría seguido adelante con mi vida y mi pareja. Estoy segura.

Lo escrito ni se parece a lo que me hubiera gustado reflejar aquí, lo he empezado, borrado y vuelto a empezar varias veces y no me sale lo que me gustaría escribir.

Este post está dedicado a una de las personas que más quiero en este mundo, ella me ha pedido varias veces que escriba sobre este tema y yo nunca me encuentro con inspiración y fuerza para hacerlo, no hay nada que pueda aliviar su dolor, sus dudas, ni quiero ejercer de voz de la experiencia con ella, no se como ayudar y me muero de impotencia. Solo puedo decir que aquí estoy y estaré para ella, en esto y en todos esos momentos difíciles que esta injusta vida le está poniendo en su camino.

Hoy todos mis besos y sonrisas son solo para ella aunque se que cuando me lea va a tener ganas de estrangularme.

Ana

0 pensamientos en “Yo mamá: cuando ser mamá no viene de serie

  1. Fíjate tantas veces pensando que te voy a dejar un comentario en tu blog y vengo a hacerlo el día más oportuno (jiji). Sí, hoy ha llegado el momento, ya me conoces y sabes que si no te he escrito antes es por pura vergüenza porque a mí esto de escribir no se me da bien pero sabes que me encanta el blog y que estoy totalmente enganchada a él. Pero sí, es cierto, tenía muchas ganas de que escribieras sobre esto y después de leerte estoy convencida de que tenías que hacerlo. Te entiendo también en cada una de las palabras y siento tanto que lo pasaras sola y no haberme dado cuenta de ello. Pero….. sabes que te digo que creo que tu elección en eso, como en tantas cosas, fue buena.
    Me encanta tu blog y me encanta el post de hoy aunque no sabes las lágrimas que he derramado. Estoy encantada de tenerte cerca y te doy las gracias por estar siempre a mi lado cuando lo necesito y cuando no.
    Hoy también todos mis besos y sonrisas son para tí y que sepas que, en ningún momento, he tenido ganas de estrangularte.

  2. Aún recuerdo el día en que haciendo prácticas en un Centro de Salud Mental pregunté a mi tutor si el hecho de ser estéril o que los hijos no lleguen se consideraba como un duelo (un duelo es una depresión porque has perdido algo). El psicólogo me respondió que eso no era ningún duelo, porque no se había perdido nada. Se pierde en un aborto, pero no en esto.
    Yo, perpleja y analizándome, que también llevo la maternidad de serie desde que empecé con la pubertad, pensé que el hombre no sabía lo que estaba diciendo. Claro que se pierde!! Si das por hecho que vas a ser madre y lo deseas con todas tus fuerzas y no puedes conseguirlo, es como si te quitan algo. De ahí el estado de tristeza y depresión en el que las mujeres que pasan por esta vivencia experimentan.
    Me ha emocionado tremendamente tu experiencia. Y me ha inundado de miedo también. Tantos años prolongando la maternidad tan deseada por terminar los estudios, porque he encontrado trabajo…que me da cierto temor a que cuando me ponga a buscar no lleguen…
    Mi enhorabuena por tu fortaleza y porque finalmente lo conseguiste! un abrazo!

    • Gracias por tus palabras Mª José y confía en que llega de una forma u otra.

      Efectivamente es una perdida, y yo que por desgracia he pasado tanto por esto como por la pérdida de un bebé las dos duelen en el alma y no es justo compararlas.

      Cada uno lo vive como puede y gestiona su dolor a su manera.

      Besos guapa