Con esta entrada acabo nuestro periplo valenciano pero es que nos gustó tanto Bioparc que quería dedicarle una entrada en exclusiva.

Quien me conozca y conozca a mis niños sabe que no hay parque de animales que se nos resista. Desde que Momo era muy pequeño su gran pasión es el mundo animal, tiene una memoria prodigiosa para todo lo que tiene que ver con la fauna y nos gusta potenciarle este amor. Por lo que conocemos los parques temáticos de la naturaleza de las ciudades que hemos visitado y Bioparc no iba a ser menos.

Empezaba nuestro paseo

El haber visitado ya varios parques de este tipo es el que me hace escribir en especial sobre este. Esperábamos un parque más y nos encontramos con que era un sitio que marcaba la diferencia.

Las jirafas no pueden ser más bonitas

Cruzando un gran puente sobre el antiguo cauce del Turia te adentras en el parque que recrea los hábitats de la Sabana, Madagascar, el Bosque ecuatorial y los Humedales.

Plano del parque

En Bioparc nada parece faltar ni sobrar. No echas en falta ningún animal y por otro lado no da la sensación mientras lo recorres de que sea grande, aunque cuenta con más 100.000 m2 de instalaciones.

Es sorprendente que al llegar a un sitio así mis hijos lo primero que decidan hacer es ir a los toboganes, así son las cosas y hasta los columpios son chulos en Bioparc

Un gran barco pirata sirve de descanso en la visita a este parque

En  verde hierba y albero terroso son las gamas de color que presiden todo lo que se ve, grandes boababs, rocas formando cuevas y vallas de madera componen la decoración.

Los boababs son espectaculares

Bioparc cuenta con pequeños detalles que parecen sencillos pero que otros no tienen, como sitios donde los peques se pueden subir para ver las cosas a su altura

Estos bloques ayudaron a Nana a ver las arañas sin destrozar la espalda de mamá

Las vallas de troncos de madera permiten a los peques ver entre ellos sin problema y usarlos como apoyo para curiosear mejor

Así solo hay que tomar a uno

También marca la diferencia con los demás en sus espectáculos de rapaces y mamíferos presentándolos como una representación de lo que ocurre en sus hábitats naturales desde que amanece hasta que anochece mostrando como se comportan en la naturaleza. Una pasada en un teatro en círculo que permite no perderte nada te sientes donde te sientes.

Planeando hacia nosotros

Una pega a ponerles es que no dejan entrar al parque con comida y cuando vas con peques siempre es una tranquilidad no depender de los puestos de comida rápida o de los autoservicios. Además el horario del espectáculo de rapaces hace que todo el mundo salga a la misma hora con intención de comer y se formen largas colas en los restaurantes.

Otra sorpresa fue visitar Madagascar y que los lémures se paseen entre tus piernas y casi se pongan a jugar con la princesa de Nana que nos acompañó en el paseo

Si me descuido me lo traen a casa, él se venía con nosotros sin problema

Creo que queda claro que Bioparc fue uno de los motivos por los que decimos que nos hemos enamorado de Valencia

Y tú ¿cuando vienes?

Mil besos, mil sonrisas

Ana