Mis médicos de cabecera

Mis hijos tienen cuatro pediatras:

El de la Seguridad Social, Dr. Olmo, es genial. Los conoce, se sabe sus pupas y los trata con cariño pero sin ñoñerías.  Pero no está siempre y eso me indigna (mira tu por donde, yo creía que no era INDIGNADA pero va a ser que sí).  Nuestro centro de salud es un centro docente y cada dos por tres tenemos residentes que ocupan su consulta y lo peor es que no siempre es el mismo. Todos tenemos derecho a aprender pero en mi opinión la medicina pediátrica es de continuidad, de evolución, no solo de tratamiento.

Por eso vamos a visitar a nuestro pediatra privado (hasta hace poco a través de ASISA y ahora de pago), el Dr. Pena. Un motero callado y muy observador con un ojo clínico espectacular. Sus compañeros de hospital dicen que cuando el diagnóstica nadie discute. Problema: pocos días de consulta y una sala de espera a reventar.

Por si con dos no tienen suficiente tenemos otros dos más aunque a estos los conozco yo pero ellos a nosotros no.

Dr. Arce

La primera es la Dra. Amalia Arce de «Diario de una mamá pediatra«. La conocí por un error de búsqueda en Google, buscaba a la autora de un líbro que me habían regalado en el embarazo de Momo, «Diario de una madre pediatra»  de Laia Alsina y encontré a Amalia en su lugar. Desde el primer momento me gustó su forma de explicar las cosas, desmitificar cuadros clínicos de los peques y de llamar a las cosas por su nombre.

Dr. Santi

El segundo es el Dr. Santi de «Reflexiones de un pediatra curtido«.  El Dr. Santi, por su edad (jovencísimo por supuesto), debería ser un médico de los de antes y en cambio es un «tipo muy enrollado», muy cercano al mundo adolescente y un adicto a la tecnología y a los relojes (pasión que compartimos).

Bueno ya he presentado nuestro cuadro médico infantil.

Besos, Ana