A mi querida profesora Rosa Alejandre,
siempre vivirás en las enseñanzas que nos regalaste
Hay gente en la vida que te marca, que deja en ti «algo» que influye en tu toma de decisiones, en tu forma de ser. Si tienes suerte en la vida y en tu educación, como yo la tuve, esta gente entra en tu vida en el momento en que te estás moldeando como persona, en el colegio.
Yo he tenido en mi vida tres profesores que dejaron su huella impresa a fuego en mi. Y ayer tuve la gran pena de que una de ellas se nos fuera.
Ayer mi querida profesora de Arte, se nos fue y el cielo ha ganado una gran docente que hablará por donde pase del Renacimiento, de como Miguel Ángel refleja en el Moisés movimiento hecho piedra, de la grandiosidad del David, de los pintores flamencos y sus influencias, del diseño helicoidal ascendente de los relieves de la Torre de Trajano, de…, de… la Historia del Arte Universal.
Rosa, era una profesora poco típica, «estridente» si se me permite la palabra siempre dicha desde el cariño, una mujer que decía «si tengo que bailar la jota o hacer el pino con las orejas para que aprendáis lo haré» (ahora mismo la estoy oyendo con su acento mañico). Su forma de explicar, el amor tan grande que tenía por el Arte, «los palabros» que usaba que todos sus alumnos recitamos como si de una retahíla se tratara, hicieron que para ninguno de sus alumnos pasara inadvertida, nos marcó, dejo en cada uno de nosotros un poquito de su esencia.
Y no solo Arte me enseño… Fue la primera profesora que tuve en mi vida que me expresaba en palabras la realidad de la falta de igualdad, que a las chicas debían tratarnos igual que a los chicos y que nadie nos lo iba a regalar, que había que luchar por ello. Rosa, nos puso en valor y nos hizo ponernos en valor. A mi especialmente, tan falta de autoestima y confianza en esa época, me reconoció y confió en mis posibilidades cuando otros no las veían, me incitó a luchar por conseguir mis metas.
Formó parte de mi adolescencia y de los recuerdos de los divertidos años que pasé en el Bachillerato, de la complicidad entre amigos, de «las coplas de la Piquer» cantadas entre clase y clase, de los debates interminables para arreglar el mundo, de los cigarricos a escondidas en los lavabos…
Amo la Historia y el Arte por que ella me lo inculcó. No puedo visitar un museo, una ciudad nueva, una exposición sin oírla en mi cabeza. Y ya ver una Catedral… para que contar…
Cuando muchos años después de ser alumna suya visité Roma, para mis preparativos de viaje fueron imprescindibles sus apuntes de COU (que aún conservo en un rinconcito del trastero) y fue como si me la llevara conmigo.
A lo largo de los años he seguido viéndola, cruzándomela por la calle, en el colegio de mis hijos (que van al que fue el mío) y siempre «tan ella»
Estoy muy triste por tener que decirle adiós, me resisto a creer que ya no está.
GRACIAS PROFESORA, DESCANSA EN PAZ
Mil besos, mil sonrisas
Ana
Lo siento de verdad… Una no se acostumbra a esto de tener que decir adiós…
Besitos y muchos muchos ánimos!!!
Muchas gracias de verdad
Qué lindas palabras Ana!! cómo nos marca un buen profesor…estoy segura que ha recibido tu mensaje!! un beso fuerte!
Flor
Gracias Flor, era una magnifica docente y la echaremos de menos
Ana suscribo totalmente tus palabras y las he compartido en facebook. Espero k no te importe. Un beso
No solo no me importa sino que te lo agradezco
Suscribo tus palabras. Yo también tenía esos apuntes, los dejé y los perdí, y me encantaría volver a tenerlos…
si los rescato del fondo del trastero de nuevo, te escribo
Esta Rosa tan peculiar va a llevar el arte que tiene a todos los dioses del olimpo. A cualquier alumno que haya tenido seguro que se le viene a la cabeza algún escorzo que hacía para explicar, por ejemplo, la grandeza del Discóbolo de Mirón.
Grande siempre!
Qué razón tienes!
Hola Ana:
Soy Josefina, hija de Rosa.
Te agradezco de corazón, en nombre de mi padre y de mi hermano, estas bonitas palabras que has dedicado a la digna memoria de mi madre.
A mi hermano y a mí también nos dio clase, por lo que tenemos la suerte de llamarnos hijos y alumnos suyos, compartiendo contigo, y con tantos otros, sus explicaciones y su dedicación en pro de nuestra cultura y formación como personas completas, cristianas y responsables.
Recibe un emocionado abrazo.
Josefina Yáñez Alejandre
Muchas gracias a ti por tu comentario Josefina. Siempre estará con nosotros en cada obra de arte que admiremos, que saboreemos, que adoremos.
Un fuerte abrazo
Muchas gracias Ana por tus recuerdos. Soy el cuñado de Rosa sacerdote, Luis. No le faltarán misas y oraciones a tan buena profesora y cristiana. Un abrazo, Luis
Todo lo bueno que se diga de ella queda corto, una mujer con carisma que nos marcó a muchos de sus alumnos
Yo también he tenido la gran suerte de tener docentes maravillosos que siempre vivirán en mi memoria y que ayudaron a crear en mi la persona que soy. Entre ellas mi profesora de Arte en COU 😉
Un abrazo amiga.
Gracias por seguir recordándola con una sonrisa.
Un abrazo,
Josefina
Josefina, siempre será así. Un beso, espero que esteis todos bien.