Yo mamá: Madre a la fuga

Hoy va de confesiones, de paranoia materna. ¡Qué le vamos a hacer!

En las últimas semanas me han alabado como madre por varios lados y yo, lo último que siento es que lo estoy haciendo bien. Es cierto que tampoco creo que soy un desastre mundial pero si es verdad que cada día me encuentro nuevas carencias… Y una de las más importantes es la paciencia… tengo poca paciencia.

Hay cosas para las que tengo un número limitado de dosis al día y cuando se acaban, se acaban. Y tengo ganas de darme a la fuga.

Soy poco paciente y grito más de la cuenta, intento trabajar eso pero me posee un espirítu maligno cuando se me acaban las dosis.

Soporto un número limitado de “mamiiiiiiiiiiiii” al día y cuando lo superan me invade un mal humor de dimensiones galácticas que hace que me salga humo por las orejas, se me pongan los ojos a dar vueltas como planetas… me pongo muyyy nerviosa y tengo ganas de gritarrrrrrrrr

Fuente de la foto: 40.com

Fuente de la foto: 40.com

Tengo un número limitado de ¿Qués? – Mamá…  – ¿qué? – Mamá… ¿qué? – Mamá… ¿qué? – Mamá… ¿qué? – Mamá… ¿qué?  -Mamá ¿queeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee? Los bucles me atacan y me remito a la imagen anterior para ilustrar la situación

Aguanto un numero limitado de “¿cuánto falta?” en los viajes, cuando lo rebasan me dan unas ganas irrefrenables de parar el coche y fugarme, no parar de corre cual Forrest Gump

Fuente de la foto desmotivaciones.es

Fuente de la foto desmotivaciones.es

Poseo un número de «NOes» al día. Tengo grabado a fuego una cosa que me dijo una cuñada antes de que yo tuviera hijos: «Llega una hora del día en la que estás tan cansada que te sacan lo que quieran, dices tantas veces no a lo largo del día que llega una hora (la suya eran las 9 de la noche) en la que pidan lo que pidan dices SI. Y con mis hijos corroboro la afirmación. Verdad verdadera. Mi hora es la misma, a partir de las 9 si no entra el Santo en acción me sacan cualquier cosa.

Pero lo que peor llevo, lo que me haría sacar la recortada y no dejar títere con cabeza es tener que repetir «sienes y sienes de veses» que coman con la boca bien cerrada, eso ya me poneeeeeeeeeeeee… (Papá, como me acuerdo de tí en esto). Seguramente aún son pequeños para conocer todas las correcciones en la mesa , no poner los codos, coger bien los cubiertos pero yo no tengo paciencia para esperar a que crezcan. Mi salud mental necesita que aprendan YA.

Lo se, tengo que trabajarme la paciencia, con ellos termino sacándome un Máster.

¿Dónde están tus límites? ¿Qué te hace querer ser Madre a la fuga?

Mil besos, mil sonrisas

Ana