Han pasados varios meses que celebramos el bautizo del un ángelito recién llegada a la familia, hace tantos meses que si me descuido más que hablar del bautizo tengo que hablar de su comunión. Pero esto de bloguear es lo que tiene que a veces tengo tiempo y ganas, otras no tengo tiempo y unas pocas no tengo ganas.

Hoy que parece que confluyen el tiempo y las ganas vengo a traer mi primera incursión en el mundo «Candy Bar», vamos lo que viene siendo una mesa de chuches en una celebración.

La homenajeada en cuestión es mi sobrina y súperahijada. Y pedí «por fa, por fa, por fa, por fa» a su mami que me dejara preparar algo. La mamá en cuestión es una artista nata por lo que si se hubiera encargado ella, el resultado hubiera sido espectacular pero modestia a parte, a mi me quedó muy mona.

La temática fue París, por que los niños vienen de París ¿no? Y al rededor de un precioso papel de detalles parisinos giró todo..

Y miles de pruebas, colocando las cosas para este lado, para el otro, ahora esta caja aquí, ahora allá. Mi mesa de la cocina fue durante días un banco de pruebas

y en el restaurante, monté y desmonté quince veces.

Chuches rosas, galletas deliciosas de la mano de Loretta’s, bolas de nido de abeja de Ikea, globos de helio con el nombre de la peque, guirnalda de fotos tipo polaroid, babero, Torre Eiffel, una maleta de cartón y una peonía blanca que tanto nos gustan a la mami y a mi. Una mesa pequeñita que no somos muchos de familia por este lado.

Si lo se, las fotos no se hacen a contraluz Aggggg

y así la vieron montada al fin los invitados

Mil besos, mil sonrisas
Ana